En el tercer día consecutivo de las protestas de los transportistas en Brasil, los camioneros bloquearon el miércoles las carreteras de todo el país para demandar la disminución del precio de los combustibles y la eliminación del pago de peaje para los camiones, así como mejores condiciones de trabajo y el avance de la seguridad vial.
Las protestas llegaron a su tercer día después de que el Gobierno de la presidenta del país latinoamericano, Dilma Rousseff, anunciara la imposibilidad de acceder a los reclamos y ordenara una investigación de la Policía Federal.
Según medios locales de comunicación, el estado más afectado fue Minas Gerais (sureste), donde 14 carreteras fueron bloqueadas.
En una carretera fuera de la capital, Brasilia, el tráfico se detuvo durante unas seis horas después de que manifestantes prendieran fuego a un autobús y destrozaran otros tres.
Desde el 10 de junio del año en curso el pueblo brasileño está protagonizando multitudinarias marchas antigubernamentales para demostrar la indignación que siente por la subida del precio del transporte público y los enormes gastos en la preparación del Mundial de Fútbol 2014.
Ante esta situación, Rousseff se vio obligada a negociar con su Gobierno de cara a abordar la propuesta de realizar un plebiscito para la aplicación de reformas políticas.
